desde montevideo, fines de setiembre, 2010
A los hijos, hijos de muchos, queridos hijos:
lamentablemente, no podré estar con ustedes en este gran encuentro.
pero no quiero dejar de estar, sin estar estando, con estas pocas palabras que quieren decirles: gracias, gracias mil.
ustedes son imprescindibles en la lucha contra la impunidad del poder, que es la fuente de las peores desgracias.
el poder ha inventado este instrumento, jodido y rejodido, para borrar las huellas de sus crímenes: la niebla que traga a sus víctimas, para que se pierdan en el olvido.
gracias a ustedes, no se pierden.
los desaparecidos no desaparecen, ni desaparecerán, mientras estén vivos en la memoria de quienes se reconocen en ellos.
gracias, hijos, otra vez gracias, por no equivocarse a la hora de elegir entre los indignos y los indignados.
que así sea, que así siga siendo.
los abraza, con muchos brazos,
Eduardo Galeano
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